
01/04/2025
Esta historia se revela para quienes resolvieron el pupiletras viajero. Si aún no lo has hecho, únete a la aventura.
La Mujer de los Batanes: Un alma que nunca descansó
Dicen que, en Semana Santa, las almas de los olvidados caminan entre los vivos. Que aquellos que partieron sin justicia encuentran la forma de hacerse escuchar.
Yo fui una de ellas.
No fui un fantasma inventado para asustar. Fui una mujer real.
Viví en tiempos antiguos, cuando los dioses exigían sangre y los sacrificios eran ofrendas sagradas. Trabajaba en los batanes, golpeando la lana, lavando las telas, sin saber que mi destino ya estaba escrito.
Trabajaba en los batanes de Huallamarca, lavando la lana, golpeando las telas. Era una vida dura, pero era mía. Hasta que alguien decidió que no debía seguir existiendo.
Algunos dicen que me rebelé. Otros, que fui elegida para algo más grande.
La verdad se perdió con mi cuerpo.
Siglos después, en estas fechas donde la gente recuerda el sacrificio y el perdón, yo sigo aquí. No pido redención. No pido oraciones.
Solo quiero que alguien escuche mi historia.
Ahora que lo has hecho… dime, en esta Semana Santa, ¿me recordarás?
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