07/05/2025
Trekking de Tilcara a Calilegua…una senda donde es posible caminar por el cielo pero con los pies en la tierra.
Cuando elegimos este destino sabíamos de la magnitud del lugar, pero mucho más, del espíritu con el que debíamos encarar el desafío.
La serenidad de la montaña nos llevó hasta donde habita el alma, a ser conscientes de nosotros mismos, a darnos cuenta de lo que en el apuro citadino no logramos ver. Una experiencia física que logra trascender el alma.
El sendero se extendió a lo largo de 74 kilómetros, con una diversidad de paisajes que fue cambiando gradualmente desde la desértica Quebrada de Humahuaca hasta las profundidades de la selva de montaña.
A cada paso descubrimos una nueva faceta del entorno natural, desde los paisajes áridos y desérticos de la Puna hasta la verde exuberancia de las yungas Jujeñas.
Y en el camino, allá, muy en lo alto, descubrimos un cielo que no se olvida, un mar de nubes que nos quedó grabado en el alma.
Ese cielo jujeño no se compara con nada, así como los cardones, los cóndores, las mulas de apoyo con sus arrieros, la calidez y sencillez de su gente con el arraigo de sus costumbres ancestrales y la simpleza de los refugios de montaña. Tampoco se compara el paso calmo de Nehuen, la responsabilidad de Ulises, la experiencia y espontaneidad de Armando, nuestros tres guías de montaña,
y la garra del grupo naranja, ese que fue familia y sostén a pesar de habernos conocido allí mismo.
Junto a ellos pasamos momentos difíciles. Los 4200 metros de altura nos mostraron el rigor de la montaña. Fue allí donde nuestros compañeros no abandonaron la palabra, sino que la usaron de otro modo, con otros tiempos y otro objetivo, haciéndola cobrar un sentido especial, el de sostener y acompañar mientras nos acariciaban otras aristas del alma...
🤓Continuar leyendo en 🌐https://larocax.tur.ar/relato-trekking-de-tilcara-a-calilegua/
Gracias Fabián y Coty! Por ésta hermosa descripción.