21/04/2025
Secuestrados en nuestra propia tierra: el abuso silencioso de los Peajes.
Nacimos en un planeta sin fronteras. La tierra fue entregada a todos por igual, sin escrituras, sin dueños, con el propósito de que la recorriéramos, la conociéramos y la disfrutáramos.
Pero con el paso del tiempo, unos pocos se han apropiado de aquello que pertenece a todos: el territorio.
Hoy, desplazarse por Colombia se ha convertido en un acto de resistencia, un lujo para quienes aún tienen la capacidad —y la paciencia— de enfrentar los largos trancones, las vías deterioradas y, sobre todo, el abuso sistemático de los peajes.
Resulta inaceptable que recorrer apenas cinco kilómetros para entrar o salir de una ciudad se convierta en un calvario.
Largas filas de vehículos avanzan a paso de tortuga, no por fallas del tránsito, sino porque todos deben detenerse para pagar un tributo que alimenta los bolsillos de unos pocos que se han apropiado de nuestras vías.
¿En qué momento dejamos que nos arrebataran el derecho a desplazarnos libremente por nuestro país?
Lo más indignante es que la infraestructura vial sigue siendo una vergüenza nacional. A pesar de los millones que se recaudan diariamente, las obras se demoran años o simplemente no se hacen.
En muchos lugares, las carreteras están en condiciones deplorables. ¿A dónde va todo ese dinero? ¿Quién responde por la demora en las obras, los sobrecostos y los contratos amañados?
La situación raya en lo absurdo: pagamos para transitar por nuestras propias tierras, bajo la vigilancia de una fuerza pública que, en vez de proteger los derechos de los ciudadanos, salvaguarda los intereses privados de concesiones que se han enriquecido sin rendir cuentas.
Estamos secuestrados en nuestra propia tierra. Y lo más preocupante es que lo hemos normalizado. Hemos aprendido a pagar en silencio, a soportar los abusos sin exigir respuestas.
Pero ha llegado el momento de despertar. No podemos seguir permitiendo que se nos extorsione con peajes disfrazados de desarrollo.
Las vías del país son nuestras, nos pertenecen por derecho, y deben volver a ser administradas con justicia, equidad y transparencia.
Recuperar el control sobre el territorio no es un capricho: es una necesidad urgente para garantizar la libertad de movimiento, el desarrollo social y el respeto a la dignidad ciudadana.
Ministerio de Transporte Colombia Presidencia de la República de Colombia Instituto Nacional de Vías - Invías