20/05/2025
El tándem tuvo más popularidad en el siglo XX, especialmente a mediados, como forma de ocio familiar o de pareja.
• Hoy es una práctica minoritaria, más vinculada al turismo experiencial, el cicloturismo o el uso inclusivo (personas con discapacidad visual, por ejemplo).
Hay varias razones técnicas y sociales:
• Requiere coordinación y compromiso entre dos personas.
• Es más difícil de transportar, almacenar y mantener.
• No es tan versátil como una bicicleta individual para el día a día urbano.
Tiene esto que ver con el individualismo social?
Posiblemente sí, al menos en parte.
La bicicleta tándem exige cooperación, ritmo compartido y confianza mutua, justo lo contrario del ideal de autonomía y autosuficiencia que se ha afianzado en las sociedades contemporáneas.
Factores culturales que podrían influir:
• Cultura de la independencia: Cada vez más personas valoran poder ir a su propio ritmo, decidir su ruta, parar cuando quieran… el tándem no permite eso.
• Tecnología individualizada: Hoy cada bici puede tener su GPS, sensores, apps… el ciclismo se ha vuelto más personalizado y cuantificable.
• Relaciones más líquidas: En una sociedad donde los vínculos a veces son más fugaces o flexibles (como diría Bauman), comprometerse a pedalear al mismo ritmo que otro no siempre resulta atractivo.
• Cambio en el sentido del ocio: Se valora más la experiencia personalizable que la cooperación constante
El tándem como símbolo social
Podemos ver el tándem como una metáfora de la sincronización, la solidaridad y la paciencia compartida. Su declive puede reflejar, en parte, un desplazamiento hacia formas de vida más individualizadas, más rápidas, menos coordinadas colectivamente.
Antes se compartía una bici; hoy cada uno tiene la suya… incluso una eléctrica, para ir más rápido, solo 🤫