
15/07/2025
Mientras en Europa el otoño empieza a asomar, al otro lado del mundo, Nueva Zelanda florece con la llegada de la primavera. De septiembre a noviembre, el país de los paisajes infinitos se viste de colores vivos, cielos despejados y temperaturas ideales para descubrirlo a tu ritmo.
Es una época perfecta para recorrer sus parques nacionales y reservas naturales, cuando los cerezos en flor, los jardines de Christchurch o las rutas de senderismo como el Tongariro Alpine Crossing muestran su mejor cara. Las cascadas bajan con fuerza, los lagos reflejan la primavera con un brillo especial y la fauna local, como focas, pingüinos o aves únicas, están más activos que nunca.
Wellington, su encantadora capital, es el lugar ideal para empezar el viaje: arte, cultura, buena gastronomía y vistas panorámicas desde el Monte Victoria. No dejes de visitar el Museo Te Papa, pasear por el puerto o disfrutar del ambiente creativo de sus calles.
Y si quieres aventura, Nueva Zelanda lo tiene todo: glaciares en la Isla Sur, fiordos como Milford Sound, los paisajes de película de Queenstown o la magia de Rotorua con sus géiseres y cultura maorí. Si lo tuyo son las rutas con vistas impresionantes, no te puedes perder Roys Peak, uno de los miradores más icónicos del país, donde el esfuerzo se ve recompensado con una panorámica de infarto sobre el lago Wanaka.
Otoño es el mejor momento para viajar a descubrir la primavera neozelandesa, sinónimo de vida, de contrastes, de momentos que te conectan con la naturaleza de una forma única.
¿Te animas a descubrirla? No dudes en consultarnos y empieza a soñar con el viaje que te cambiará para siempre.