02/05/2025
Hoy las palabras se quedan cortas para expresar todo lo que sentimos al rendir homenaje a quien no solo fue nuestro comandante y director, sino también un verdadero ejemplo de vida, un guía, un compañero, y sobre todo, un amigo.
Su liderazgo no se basó en el rango ni en la autoridad, sino en el respeto que se ganó con cada acto, con cada palabra oportuna, con cada jornada en la que, sin importar la hora ni las condiciones, se hizo presente, siempre al frente, siempre con el corazón dispuesto. Nunca pidió más de lo que él misma estaba dispuesta a dar, y eso era todo. Lo daba todo: su tiempo, su esfuerzo, su conocimiento, su fuerza… pero sobre todo, su amor por este trabajo que muchos llaman vocación, pero que él convirtió en una forma de vida.
Nos enseñó que ser parte de Protección Civil no es solo portar un uniforme, sino sentir en el alma el llamado de ayudar, de proteger, de sostener a los demás incluso en medio del caos. Nos mostró que la verdadera grandeza está en servir sin esperar nada a cambio, en tender la mano aun cuando el cuerpo esté cansado, en sonreír incluso en los días más difíciles para brindar tranquilidad a quienes más lo necesitaban.
Fue un líder que supo ganarse la admiración y el cariño de todos por igual. Cercano, justo, comprensivo, pero también firme cuando la situación lo requería. Estuvo presente en nuestras alegrías y en nuestras tristezas, con una palabra de aliento, un consejo, o simplemente escuchando, sin juzgar, con esa paciencia y nobleza que lo caracterizaban.
Cada rincón de nuestra institución guarda un pedazo de su legado. Cada emergencia atendida, cada capacitación impartida, cada decisión tomada con sabiduría y corazón, llevan su huella. Y aunque hoy nos embarga la tristeza de su partida, también sentimos un profundo orgullo por haber caminado a su lado.
Gracias, comandante, por tanto. Gracias por su entrega incansable, por su amistad sincera, por su ejemplo imborrable. Su memoria vivirá en cada uno de nosotros, en cada acción que emprendamos con la misma pasión y entrega que usted nos inculcó. Nos deja una herencia de compromiso, de amor por el prójimo, de servicio verdadero.
No es una despedida, es un hasta siempre. Su legado nos acompañará siempre, porque usted ya forma parte de lo más valioso que tenemos: nuestra historia, nuestros recuerdos, y nuestro corazón.
DESCANSE EN PAZ MIGUEL ÁNGEL MORAN FLORES
DIRECTOR DE PROTECCIÓN CIVIL MAPIMÍ
(01/05/2025) 🕊