04/07/2024
¿DÓNDE FUE ENTERRADO ATAHUALPA? EL MISTERIO QUE ENVUELVE AL ÚLTIMO INCA
La pregunta sobre el paradero final de Atahualpa, el último emperador inca, ha intrigado a historiadores y arqueólogos por siglos. La historia oficial cuenta que Atahualpa fue ejecutado por los españoles el 26 de julio de 1533 en Cajamarca, pero el destino de sus restos sigue siendo un enigma. Nuevas investigaciones sugieren que su cuerpo pudo haber sido secretamente trasladado y enterrado en un lugar desconocido para proteger su legado.
Después de su captura y ejecución, los relatos indican que el cuerpo de Atahualpa fue bautizado con el nombre cristiano de "Juan" y enterrado con cierta solemnidad en la iglesia de Cajamarca. Sin embargo, este relato se complica por las narraciones de testigos y cronistas de la época que mencionan diferentes versiones del destino de sus restos.
Según la crónica de Pedro Cieza de León, los españoles permitieron a los incas recuperar el cuerpo de Atahualpa tras su ejecución. Algunos informes sugieren que sus restos fueron llevados a Quito, su lugar de origen y donde había ejercido su poder antes de la guerra civil con su hermano Huáscar. En Quito, según estas versiones, sus leales seguidores habrían dado a Atahualpa un entierro adecuado conforme a las tradiciones incaicas.
Otra teoría fascinante proviene de los escritos del cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega, quien menciona que los restos de Atahualpa pudieron haber sido llevados a la región de Vilcabamba, el último bastión inca de resistencia contra los españoles. En este escondido refugio andino, el cuerpo del Inca habría sido preservado en un lugar secreto para evitar que los conquistadores profanaran su tumba.
Más recientemente, una investigación arqueológica liderada por el historiador peruano José Antonio del Busto sugirió que los restos de Atahualpa podrían haberse trasladado a un lugar aún más remoto. Del Busto recopiló evidencia que indica la posibilidad de que Atahualpa fuera enterrado en algún punto de la vasta red de caminos y refugios incas conocidos solo por un selecto grupo de su élite. Este posible sitio, aún no descubierto, podría encontrarse en una cueva secreta o en un mausoleo oculto en la selva o en las alturas andinas.
El misterio del enterramiento de Atahualpa no solo es una cuestión de ubicación física, sino también de simbolismo y resistencia. Para los incas, el entierro de su emperador significaba mantener viva la esperanza y la lucha por su cultura y autonomía. La incertidumbre sobre su tumba ha permitido que su figura continúe siendo un símbolo de la resistencia incaica y de la lucha contra la opresión colonial.
Hasta que se encuentre una evidencia concreta, el paradero de Atahualpa seguirá siendo una fascinante incógnita histórica, alimentando leyendas y estudios que buscan descifrar uno de los mayores misterios de la historia andina.
Fuente: Pedro Cieza de León, "Crónicas del Perú"; Inca Garcilaso de la Vega, "Comentarios Reales"; José Antonio del Busto, "La búsqueda del Inca".