15/04/2025
La historia del Señor de los Temblores se remontan a la época del Virreinato del Perú, en ese entonces el Rey Felipe II, recibió informes de que los pobladores del Cusco, aún adoraban al Sol como su dios. Creyendo esto impensable, mando a esculpir una imagen de un cristo de gran amaño, el cual debía tener un color cobrizo y facciones que le permitieran a la población del Cusco poder identificarse con este.
Fue así como la imagen fue enviada hacia el Perú, a su llegada fue transportada al Cuco, bajo la responsabilidad de un conocido arriero español. Días después de la partida del Callao, arribaron al pueblo de Mollepata, ubicado en Anta, siendo la última parada antes de llegar al Cusco,
A pesar de los años, ningún pincel se ha atrevido a retocarla. El tiempo y sobre todo el humo de las velas y cirios la han ennegrecido convirtiéndola en un extraño Cristo moreno de aspecto sombrío. Fue en este lugar que, misteriosamente, la imagen del Cristo se puso mucho más pesada impidiendo su traslado. Esto se tomó como una señal de que la imagen quería quedarse en ese lugar, y así fue.
Sin embargo, de tras de este misterioso suceso, se encontraba el arriero, quien tenía la intensión de quedarse con la imagen. Fue así que mando a tallar una imagen similar a un indio de la zona, siendo esta entregada a la catedral, y al que actualmente se saca en procesión cada Lunes Santo.